
¡Todo era amor... amor! No había nada más que amor. En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado. Amor ultramarino.
Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones, de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M, con una M mayúscula, chorreado de merengue, cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico. Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus flatas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los bomberos.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto. Amor inderformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor. Amor y amor... ¡y nada más que amor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario