
Todos vivimos nuestro propio infierno mientras buscamos nuestro paraíso.
En esa incesante prisa por buscar, sin éxito, una explicación para todo me encontré con esta conclusión, a veces cuando veo el infierno ajeno me detengo y el mío parece miserable al lado de otros.
Mis propios pecados, remordimientos y frustraciones me acompañan, así como los traumas y rencores. Una soledad cargada de complejos y la necesidad incomplaciente de ser aceptada.
Llegue a la calle muy joven, siendo una niña y jamás volvi a saber de mi.
¿Qué seria de mi vida si tan solo alguien me hubiese amado más allá de su propio infierno?
1 comentario:
de verdad insisto me encata tu bolg
avecs las perosnas nada ms piensan en sus problemas en lo k ells kieren en l ok ellos necesitan
en lo ke ellos desean
y k hay de nosotros
es verdad k amar es dar sin resibir
pero no a tanto
avecs damos demsiado y kedamos endeudados con nosotos mismo
pork decubrimos k no tuvo importancia
y si un pokiito de amor nos hubieran dado
un pokiito nada ma
aaaaaaaaaa
meencuentro triste en la desolacion
y encuentro ste bolg
k me ayuda muchoo
Publicar un comentario